miércoles, 3 de agosto de 2011

Proyecto minero Tía María sigue amenazando Cocachacra

“La Southern todavía no se resigna a perder…”

Pepe Julio Gutiérrez.
En el marco del III Diálogo de Saberes y Movimientos realizado en Lima los días 22 y 23 de julio, entrevistamos a Pepe Julio Gutiérrez, presidente del Frente Amplio de Defensa del Valle del Tambo. La transnacional Southern Perú insiste en llevar a cabo su proyecto cuprífero Tía María, cancelado por el gobierno saliente ante la fuerza de la movilización social y las críticas de Naciones Unidas al estudio de impacto ambiental que resultó un fraude. La Southern saludó el triunfo de Ollanta Humala y le extendió su confianza. ¿Se cocina algo turbio o los nuevos ministros de Energía y Minas, Ambiente, Cultura y Agricultura harán valer los derechos de las comunidades afectadas como manda el Convenio 169 de la OIT?


¿Por qué razón el pueblo de Tambo se vio envuelto en el problema con la Southern?

La razón fundamental fue aquella agresión que se empezó a hacer para despojarnos de lo que consideramos un trabajo de varias generaciones. Nosotros somos un pueblo eminentemente agrícola. Por todos los estudios y jornadas de capacitación que hicimos vimos que una actividad diferente a la nuestra, como es la minería, iba a desaparecer el valle; es cuando realmente nos pusimos a pensar y allí nace el conflicto.


¿Cómo así lograron involucrar en la lucha a toda la población de Islay?

Se dieron tres escenarios diferentes. El primero, cuando nace el Frente del medio ambiente y los recursos naturales, con Cocachacra como zona de influencia directa. A partir de allí empezamos un sistema de capacitación en todo el valle del Tambo.
A raíz de eso, nace la idea de conformar una entidad mayor que es el Frente amplio de defensa del valle del Tambo, el mismo que en significativas asambleas populares logró convocar a tres mil, dos mil quinientas personas, por lo tanto era el momento de tomar una determinación con una medida social.
Lo hicimos a través del éxito del primer paro en abril del 2010, un paro medio timorato y fracasado en noviembre pero que fue contundente por los resultados de las elecciones regionales y municipales y, finalmente, cuando no nos quedó más que desencadenar en una lucha a nivel provincial, trasladándonos en dos oportunidades del campo a la ciudad. Hicimos una gran marcha de motivación hacia Arequipa, con más de cinco mil pobladores del valle del Tambo y, posteriormente, una movilización de aproximadamente ocho mil personas a la capital de la provincia.
Eso creo que motiva a la provincia. Y creo también, en el tercer escenario, tuvo mucho que ver la desmedida represión policial que sufrimos nosotros, que no solamente fue contra Cocachacra sino en todos los puntos de la movilización. Eso motivó aún más a la gente que realmente se unió y por primera vez en la historia de la provincia de Islay logramos unir la fuerza más grande, toda la provincia de Islay y lo que significa el valle del Tambo.

¿Este tipo de problemas se pueden resolver ahora con la ley de la consulta previa?

Creo que sí pero con una ley que no sea ambigua, como muchas de las leyes que se dan. Por ejemplo, en el 2004 se dio una norma de ordenamiento territorial, nadie le hacía caso; este año cuando se comienza a motivar a la gente, el Ministerio del Ambiente saca una norma recortándole importancia y haciendo no vinculantes las decisiones que se tomen al amparo de la misma. Se hace un reglamento del Convenio 169 en donde se da validés a la consulta pero se dice que si el proyecto es de necesidad nacional, no vale la decisión de la consulta.
Más que vinculante la consulta debe ser aceptada por las partes, lo que le llamo la consulta de partes, en donde las empresas y las comunidades que son parte de la licencia social se pongan de acuerdo y ambos respeten el resultado. Creo que si se da una norma de esta jerarquía pero con estas condiciones se evitarían muchos conflictos.

¿En otro escenario en donde exista la ley de consulta ustedes reevaluarían la presencia del proyecto minero Tía María?

Es imposible porque nosotros ya hicimos una consulta con todas las garantías del caso, y si vamos a una nueva consulta estoy convencido que le volvemos a ganar, pero con la zona de influencia directa porque qué tendría que hacer un arequipeño de la capital votando por un proyecto como Tía María. Yo creo que allí sí actuaría el poder del dinero.
Segundo, creo que hay otro escenario en Cocachacra: las heridas que todavía tenemos están sangrando, aún está fresco el recuerdo de los muertos, tenemos como dieciocho mutilados, una serie de heridos, tenemos persecusión policial, y sin embargo la empresa todavía no se resigna a perder.
En el ministerio de Energía y Minas el expediente Southern ha pasado al Consejo Consultivo de Minería. Cómo alguien que ha sido derrotado por un poder social y por un decreto eminentemente técnico-legal todavía se aferra a cosas de esta naturaleza. De manera que esas cosas tienen que cambiar para que realmente cambie el escenario. Mientras tanto, el poder social está mucho más fortalecido.

¿Han tenido ocasión de conversar con las comisiones de transferencia del nuevo gobierno?

Nosotros hemos hecho un Encuentro los días 24 y 25 de junio en Cocachacra, en donde hemos agrupado frentes de lucha como los de Majaz, Tambogrande, algunos del Centro y los del Sur que hemos tenido alguna experiencia en consultas y en las luchas. Pero nos dimos con una sorpresa.
Hicimos llegar un Pronunciamiento conjunto a las autoridades del gobierno, y por todos los canales posibles hemos buscado un acercamiento al nuevo gobierno para que escuche también la voz de un pueblo. Lastimosamente, siempre encontramos una respuesta: la agenda estaba llena. Pero no estaba llena para atender a los dueños del capital, a los dueños del Perú, a la oligarquía, ADEX, la Asociación de minería y a todas las organizaciones que simplemente maltrataron a la población en general.
Entonces, eso nos crea dudas, porque para decir, por ejemplo, que hace calor en la costa hay que sentir cómo pela la piel o como saca ampollas en los pies, o si digo hace frío en las alturas hay que sentirlo para saber cómo llegan a doler los huesos, pero desde un escritorio es muy diferente opinar cuando no se pisa una realidad.
Creo que los pueblos tenemos derecho a cuestionar cualquier aspecto, deben ser escuchados en todas las instancias de gobierno y eso evitaría también la posibilidad de los conflictos. ¡Se tiene que llegar a los muertos para que recién nos escuchen!

La Southern va a retomar su proyecto ¿ustedes van a esperar o algo ya están haciendo?

Nosotros estamos siguiendo el expediente general que tenemos en la vía legal. Teniendo la confirmación por el tribunal, estamos en la posibilidad de hacer nuestras acciones legales, no solamente por lo del expediente sino por lo de la falsedad ideológica y genérica, porque la empresa engañó no solo a Cocachacra sino al Perú entero, pretendiendo aprobar un proyecto con un estudio de impacto ambiental amañado. No lo digo yo, no lo dijeron los técnicos nacionales, lo dijo la UNOPS (Naciones Unidas).
El escenario cambia por los elementos técnicos que tenemos en nuestras manos, no solo por lo que plantea la UNOPS sino también por el trabajo socioeconómico y socioambiental que el Frente ha realizado, con lo que demostramos que en nuestro valle la agricultura tiene mucho más valor que la minería. Y, por otro lado, tenemos el aspecto social, que es la unión de nuestro pueblo, la férrea decisión de los pobladores de Cocachacra, quienes nunca nos vamos a postrar de rodillas sino que siempre los esperaremos de pie.

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